sábado, 3 de octubre de 2009

ECUADOR


Anoche un conocido se nos cruzó en una acera mientras paseábamos al perro. Nos comentó algo así: sabiendo que es vuestra, seguro que DOMINGUEROS no será la típica TV-movie con secuencias compuestas de plano general + plano + contraplano. Ese comentario era tan ingenuo como nuestros pensamientos hace unas semanas.
Rodar un largometraje, sobre todo si es el primero y en estas circunstancias, es acumular por días victorias y derrotas en la espalda. DOMINGUEROS tiene un guión logísticamente muy complejo, más propio de una peli de cine, con mucho exterior, una docena de actores, niños pequeños y perro. Eso ya lo saben. También conocen el daño que nos está provocando el clima otoñal. Lo que quizá no sepan son las consecuencias.
Estamos en el ecuador del rodaje. Tenemos delante un plan que nos obliga a rodar a menudo a toda prisa. Estamos trabajando a ritmo de corto seis días a la semana. Pero esto no es un corto. El equipo se está dejando la piel, pero no va a estar todos los días trabajando más tiempo del que le pagan (con sus honrosas excepciones). El director de producción no va a darte un día más de rodaje, aunque la lluvia y sus consecuencias te hayan reventado el plan la primera semana. Si no acabas las peli el día X, te quedas con la peli inacabada.
La cuestión es que al final de todo el proceso, no vale la pena quejarse ni mirar atrás. Lo que cuenta es que tienes como mucho la mitad del tiempo necesario para rodar cada secuencia en condiciones. El tiempo manda.
¿Qué hacer entonces? Estamos empleando a menudo una planificación de emergencia, que cuente la historia de forma más simple. Esto en algunas ocasiones mejora el resultado. Transformar tres planos en uno sintetiza y aumenta la eficacia de lo que se cuenta. Otras veces la cosa no es tan bonita: implica tener que escoger un plano con un defecto, vete tú a saber, por raccord, por composición o porque el actor no está totalmente como desearías. La segunda opción es dejarte planos por el camino, de esos que son prescindibles pero dan factura a la peli y le otorgan un acabado más cinematográfico. Algo duro cuando llevas casi dos años imaginando cada secuencia. La tercera opción pasa por eliminar o unir directamente varias secuencias para cumplir los plazos. Cualquier cosa es mejor que dejar inacabada la historia. Lo que importa es el conjunto.
El tiempo -en sus dos sentidos- nos persigue y a veces nos alcanza. Es entonces cuando tenemos que resolver algunas secuencias con el típico plano-contraplano. Afortunadamente, a veces las circunstancias nos permiten recrear ese momento de la película de forma más creativa y afinada, exactamente como siempre lo habíamos deseado. Es entonces cuando se nos eriza el vello y se nos ilumina la mirada.

3 comentarios:

Grey dijo...

Mucho ánimo chicos!! Seguro que os queda fabulosa!!
Grey

Paco Aledo dijo...

Algo muy importante: que no se os olvide disfrutar!!

Anónimo dijo...

jua jua, el productor que teneis es un capullo..... lo siento xicos