DOMINGUEROS SE ACABÓ DE RODAR UN DOMINGO

Mira tú por donde. En medio de montaje nos hemos dado cuenta de que hacían falta algunos planos generales de recursos de la ciudad, del bosque, de las casas donde transcurre la película. En medio de rodaje, las prisas pero sobretodo el clima y la falta de luz han impedido que aparezcan los típicos tiempos muertos para aprovechar rodando recursos. A menudo los hemos dejado para el final de jornada y se han quedado colgados. Esos planos no son imprescindibles para contar la peli, pero son como el glutamato monosódico: mejoran el sabor existente. Pues bien, tras varias intentonas fallidas, Marisa y un servidor hemos decidido alquilar una cámara por nuestra cuenta y riesgo y hemos usado el día de hoy dando paseos por los lugares de rodaje y capturando esos planos que creemos necesarios para la película. No será muy ortodoxo, pero nos ha encantado el hecho de poder acabar el rodaje por nosotros mismos, sin nadie del equipo, con la calma y la libertad propia de un documental o nuestros microcortos de bajo presupuesto. Nos hemos relajado, hemos disfrutado y nos hemos divertido este domingo soleado de trabajo. Y han quedado unos planos preciosos.

POCO A POCO...

...volvemos a ser personas. A dormir lo debido, a reencontrarnos con los amigos, a tener tiempo de tomar unas cañas o leer un rato.
Poco a poco dejaremos caer nuevas historias relacionadas con DOMINGUEROS. Aunque hoy por hoy no hay demasiado que decir. Poco a poco volveremos a retomar nuestro lugar habitual, y dejaremos éste para noticias futuras, trailer, fotos, y les mantendremos informados cuando el producto esté acabado, se entregue a RTVV y, si se tercia, empiece a circular por festivales.

Llevamos ya una semana de montaje de las cuatro previstas, y estamos disfrutando del hecho de articular nuestro rompecabezas particular. Intentamos dejar atrás la historia que hay tras cada plano: que si en este perdimos cuatro horas, que si en este otro se nos hizo de noche o llovió o si en este otro ganamos una úlcera o aumentó la psoriasis. Lo que hay es lo que hay. Nos centramos en la única historia que verdaderamente importa. El guión. O más bien, la razón por la que lo escribimos hace dos años.

DOMINGUEROS no es una película cuadriculada, con estructura de escuela y jugarretas estratégicas y efectistas. Es un juego de sentimientos, personajes y situaciones muy reconocibles. No es una comedia de carcajada y humor grueso, sino de sonrisa espontánea y energía positiva. Dentro de DOMINGUEROS encontramos pequeños momentos de suspense, incluso algún homenaje (ojo, muy sutil) al terror o la acción, y aunque les buscamos sus puntos cómicos, y la película se acerca al dramedia más que a ninguna otra etiqueta, siempre hemos intentado que los personajes y las situaciones fluyan con honestidad y hablen por sí solos, sin ataduras ni corsés que los fuercen a situaciones irreales.
Lo dicho, si se pasan por aquí y esto está desierto, quizá les apetezca pasarse por allá y encuentren algo.
P.D. En la foto, Marisa en rodaje esperando a que salga el sol para poder rodar.

MONTANDO

Hace unos meses hablábamos de esta experiencia como de una montaña rusa, que subía muy lentamente (demasiado). Ahora ya hemos atravesado los rápidos loops y estamos de nuevo en tierra. Una vez pasado el mareo, llega el trabajo sesudo de montaje. Esconderse en una habitación de sol a sol viendo cada plano rodado.

Si el guión era un castillo ideal y el rodaje ha sido un huracán devastador, el montaje consiste en coger cada ladrillo y reconstruirlo lo mejor posible. Tampoco podemos relajarnos o hacer cineforum con cinéfilos de confianza. Seguimos con prisas. Tenemos 17 escasos días laborables para levantar de nuevo la película y llegar al corte final. Intentaremos darle ese sentido que siempre hemos deseado, tratando de transmitir ese sentimiento agridulce y tierno que acabe en sonrisa inconsciente.