lunes, 24 de agosto de 2009

HIVERNANDO EN PLENO VERANO



Señores, estamos en Agosto, un mes en el que todo se frena. Apenas podemos dar nuevas noticias. Si quieren algo de contenido, no sigan leyendo. Pueden pasarse por nuestra casa. Hemos hablado recientemente de TV-movies y otras reflexiones acerca del audiovisual.
Agosto es un mes necesariamente vacío, donde todo está cerrado y desierto; lo mejor que puede hacer uno este mes es huir lo más lejos posible y olvidarse de quien es. Eso si se puede.
En nuestro caso, miramos atrás y este verano no tenemos recuerdos que contar. Mientras todo el equipo de se relaja merecidamente tras la primera fase de la preproducción, nosotros no tenemos en la cabeza otra cosa que la enésima versión del guión, retrasos inesperados de rodaje, imprevistos y otras variables interconectadas entre sí. Un cambio de un aspecto de la producción afecta a todos los demás. Un ejemplo: si rodamos más tarde de lo previsto, tenemos menos tiempo de luz al día, lo que se traduce en menos tiempo para rodar lo mismo. Lo que a su vez repercute en una planificación más sencilla todavía. Hacer una película es montar un puzzle en el que las fichas cambian de forma cada vez que montas una nueva.
Mientras estamos inmersos en pensamientos como éste, seguimos trasladándonos a las localizaciones y planificando secuencias, buscando las últimas piezas del rompecabezas, cruzando los dedos y poniendo velitas a quien corresponda para que no nos llueva en los próximos meses.
Pero no somos pesimistas: lo bueno de todo esto es que este año tampoco tendremos depresión postvacacional. No tenemos razones ni tiempo para tenerla.

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