Seguimos trabajando, intentando conformar más piezas de este maravilloso rompecabezas. Llevamos más de sesenta entrevistas de actores y todavía nos quedan algunas docenas más. Después de una primera toma de contacto con cada candidato, nos toca juzgar y apostar. Juzgamos físicos, intentamos ver si encajan o no en nuestros personajes, basados en buena parte en nuestros propios prejuicios. Todos asociamos el perfil de cada personaje a nuestras vivencias anteriores. Algo totalmente subjetivo. Pero además debemos juzgar actitudes, captar si existe química o no con nosotros, con el proyecto, con el propio papel a desempeñar. Además, esto debemos consensuarlo entre nosotros dos (ya saben que esto es a medias) a sabiendas de que nunca acabaremos por tener la última palabra al 100%.
Hay algunas caras conocidas, apuestas seguras con dilatadas carreras. Quizá, en este caso, la apuesta la hacen ellos con nosotros. En otros casos -la mayoría- debemos fiarnos de un escaso o nulo currículum, unas pruebas de cámara y una gran dosis de intuición personal. Esto de caminar por la cuerda floja tiene su emoción.
Hay veces que encontrar una pieza es casi imposible. En DOMINGUEROS hay un personaje adolescente, valencianoparlante... y con algo de sobrepeso. Esto último está haciendo del casting una tarea titánica. Sencillamente, apenas existen actores obesos. Si nos siguen en nuestro blog, sabrán que estamos metidos en un cortometraje llamado MENÚ EQUIVOCADO. Pues bien, la protagonista del corto es una chica gordita. Nos ha costado seis meses encontrar a nuestra prota. Dios quiera que no le dé por adelgazar.
Además de intérpretes, también andamos conformando equipo técnico. Y los fines de semana intentamos relajarnos...localizando.
Vivimos, nos acostamos y nos levantamos pensando en lo mismo. Estamos metidos de lleno en la preproducción de DOMINGUEROS, absorbidos, fagocitados, engullidos por ese hermoso monstruo que es el cine. Y lo mejor del todo es que lo disfrutamos.